Las bolas anales o tailandesas son un juguete de inserción enfocado en estimular las terminaciones nerviosas sensibles dentro del ano, son uno de los juguetes sexuales más vendidos en el mundo, porque son muy asequibles, fáciles de utilizar y cualquier persona las puede usar en el momento que así lo desee. Están diseñadas especialmente para aquellas personas que quieren empezar a practicar el sexo anal y no saben aún cómo empezar o no se atreven por miedo a sentir dolor o porque desconocen por completo su nivel sensitivo en la zona.
Existen diferentes tipos, no solo por su longitud sino también por los materiales, al ser de uso anal deben estar fabricadas con elementos hipoalergénicos y no porosos como la silicona, vidrio o el acero inoxidable, se componen de una serie de bolitas que vienen unidas y van aumentando en tamaño gradualmente, es muy importante que todos los juguetes anales y especialmente las bolas tailandesas cuenten con un tope o un aro de sujeción en su extremo que impide que cualquier juguete se deslice por el recto accidentalmente, ya que el ano debido a sus músculos puede absorber objetos, hay mucha gente que lo desconoce y luego deben ir a urgencias por introducirse objetos o juguetes que no están precisamente diseñados para el sexo anal.
¿Cómo se utilizan las bolas anales?
Las bolas van creciendo en tamaño gradualmente y el juego consiste en ir introduciéndolas poco a poco por supuesto con una buena lubricación, la recomendación es utilizar una buena cantidad de lubricante a base de agua sí las bolas están fabricadas en silicona porque así también preservamos la integridad del juguete; aplicamos tanto en la zona anal, en el juguete como en las manos, ponemos lubricante porque el ano de manera natural no lubrica y es muy importante para que los juegos sean placenteros. Se va introduciendo bolita a bolita hasta el tamaño que se desee llegar, no es necesario introducir todo el juguete, vamos introduciendo gradualmente jugando a entrada y salida como queramos, esto lo podemos hacer a solas o en pareja y normalmente el truco es que a medida que se va dando el orgasmo vayamos tirando para ir vaciando y sacando las bolas, así lo que se consigue es intensificar las sensaciones y que el orgasmo sea mucho más intenso. Las bolas anales sirven para estimular el punto P masculino y a las mujeres también pueden proporcionarles mucha satisfacción, así que si estás dispuesto a probar y explorar el sexo y la penetración anal este es uno de los juguetes ideales para iniciar y perder el miedo.
Los músculos del esfínter pueden contraerse y estar rígidos al principio, es necesario que te relajes y te tomes tu tiempo, todo el que necesites, relaja los músculos del suelo pélvico a medida que vayas insertando cada bolita y tu cuerpo se vaya acostumbrando a la sensación de tenerlas adentro y sientas que lo estás disfrutando. Cuando ya estés listo y cómodo con lo que tienes adentro es momento de estimularte o que te estimulen en otras zonas erógenas y de esta forma vas a poder disfrutar y combinar el placer en todo tu cuerpo, no solo en el ano.
El éxito de esta como cualquier otra practica sexual dependerá de la comunicación y las ganas que se tengan de practicarla o probarla, la recomendación es experimentar primero con las bolas anales a solas, para así saber lo que te gusta, cómo te gusta y sobre todo sin sentir presión y después puedas guiar a tu pareja.
Higiene en el sexo anal
Mantener buenas practicas de higiene también es muy importante, especialmente en el sexo anal, sin la higiene y el cuidado adecuado puede resultar una experiencia no tan satisfactoria pues hay bacterias que viven naturalmente dentro del recto y estas pueden propagarse a los genitales, manos, incluso hasta la boca y causar infecciones, indispensable evacuar antes de la práctica y hacer un lavado, limpiar el juguete adecuadamente antes y después de usarlo y no olvidar también el lavado de las manos. Si van a ser usadas por una sola persona en la relación sexual el uso del preservativo no será necesario, pero si se van a compartir lo recomendable es el uso del preservativo para reducir el riesgo de transmitir infecciones.
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