Embarradas sexuales: Los mata pasiones

En algún momento de nuestras vidas hemos pasado por alguna situación vergonzosa cuando tenemos relaciones sexuales, muchas de estas pueden acabar con el momento de éxtasis o como comúnmente lo llamamos: mata pasiones.

Muchos de estos momentos ocurren cuando el miedo, los nervios y la frustración aparecen, tendrás que trabajar en controlar estas sensaciones para que la primera vez que vayas a estar con la persona que te guste, no sea la última.

Es hora de reírnos juntos, porque así es mejor siempre, ya que soy el más claro ejemplo de embarradas sexuales, emergencias y situaciones que matan completamente la pasión. Hace un tiempo conocí y empecé a salir con un chico que era muy atento y detallista conmigo, me hacía reír, era interesante, juicioso y trabajador, pero yo sentía que no me despertaba esa chispa que te pone nerviosa cuando lo vas a ver, que te acuestas pensando en él o simplemente el deseo de darle un beso, sin embargo, quise darle la oportunidad y dar el siguiente paso, para lograr sentir esa conexión que me hacía falta. Era un viernes en la noche, salíamos de un restaurante donde habíamos comido e íbamos camino a un motel cuando empezó llover, estábamos en su moto y no paramos a escamparnos, como ya pueden imaginar, llegamos muy mojados y no precisamente como habríamos querido. Yo muy sensual empecé a quitarme el jean completamente mojado para dejar a la vista mi hermosa ropa interior de encaje super sexy y es ahí cuando empieza lo que sería la noche más inolvidable y no en el buen sentido de la palabra; el chico abrió la boca para decir comentarios inoportunos y fuera de lugar: “¿Entonces se supone que para donde tengo que mirar mientras te quitas el jean? ¿Para el techo o al televisor?” respiré profundo y me volví a concentrar y seguí con mi trabajo, me acosté en la cama boca abajo para que apreciara mi encaje sexy que pedía a gritos que me lo arrancara, y lo único que hizo por 10 minutos fue sobar mi espalda y nada más que eso, ¡Ah sí! y prender el televisor para buscar que ver.

Decidí mejor prender el jacuzzi, yo tenía la esperanza de que allí si iba a ceder más y ahí va el siguiente: “¿Oye, entonces nos metemos al jacuzzi con ropa o sin ropa? porque yo traje una pantaloneta”.

Para este punto yo ya estaba más que aburrida y con ningún deseo por él, pero ya estábamos allí y la noche no se podía perder, así que después de un rato sin hacer nada, porque la verdad yo ya no quería nada, él comienza a bajar despacio por mi abdomen con besitos suaves y llega a hacer mi parte favorita, de la cual ya habíamos hablado por chat y mi expectativa era enorme, pero cuando ya se encontraba situado allá abajo, lo único que sentí fue un leve, muy leve movimiento de su lengua, tan leve que en vez de gemir, bostecé. Decidí cambiar de posición a una mucho más atrevida, en la que él pudiera apreciar mi parte trasera y ahora si me tocara, pero en plena “faena” para de hacer lo que sea que estaba haciendo con la boca y me dice con un tono de voz nada sexy “¿Oye te puedo nalguear?” Ya se pueden estar imaginando lo mata pasiones que fue y las ganas de salir corriendo que tenía.

Eso no podía seguir así, íbamos de mal en peor, cogí las riendas de la situación y me puse encima de él y también comencé a bajar con mi lengua por su pecho muy sensualmente y al llegar a la pelvis él da un pequeño brinco y me dice riéndose: “Por ahí no que me dan cosquillas”, me dirigí hacia la parte que me compete y me dice: “Oye ¿No tienes un chulito para que te cojas el pelo? Es que me voy a perder la mejor parte que es ver”. Me invadió un fastidio enorme y llegó un pensamiento a mi cabeza de decirle muy histérica: “¡Pues cójame el pelo con las manos, háleme del cabello bien salvaje, que para eso está!”. Yo ya estaba muy fastidiada y no tenía el más mínimo deseo de seguir, me retiré, me puse mi ropa interior y me dispuse a dormir; si se están preguntando si entonces no hicimos nada, pues la respuesta es sí, no hicimos nada, fuimos a un motel a dormir.

Fue un caso perdido, sabía que esta noche la iba a recordar por el resto de mi vida y no precisamente como el mejor polvo que he tenido, que tendría ahora una gran historia para contarle a mis amigas y dar mi testimonio para que el hombre que me lea sepa lo que no se debe de hacer.

Eviten esos comentarios fuera de lugar, en el sexo está permitido ser libre, sucio, creativo y dominante, quítense las medias también, no hay nada más matapasiones que un hombre con las medias hasta la rodilla, tengan en cuenta que salir corriendo a bañarse después del acto sexual está mal visto, harán sentir a la otra persona como si tuvieran asco de él o ella y hablando de asco, nada más repulsivo, mata pasiones y anti sexual que descuiden su higiene y presentación; depílense sus zonas íntimas y axilas, aplíquense desodorante, no usen la ropa interior más desteñida y vieja que tengan en su closet, cuiden esos pequeños detalles que son esenciales.

Y lo más importante: No pregunten si pueden dar una nalgada, denla y ya, a todas nos gusta.

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