Estimulación de pezones

El cuerpo femenino siempre tiene un hallazgo para quien lo explora, uno de los errores que más se suele cometer con respecto al cuerpo de las mujeres está en los senos: pensar que solo están compuestos por la areola y el pezón y que estimularlos consiste únicamente en succionar esta zona. Para esta práctica se tiene una infinidad de posibilidades porque, de hecho, los senos comienzan desde las axilas y las clavículas, donde también hay abundantes terminaciones nerviosas y finalizan en el inicio del abdomen. Si queremos estimular de manera adecuada y placentera hay que activar cada una de esas zonas primero y hacer mucho más placentero el proceso.

Orgasmo de senos

Hay senos increíblemente sensibles y otros que no lo son tanto; como todo respecto a la sexualidad y corporalidad, varía en cada persona y sus mapas de placer. Dependerá del grado de receptibilidad de los pechos para consumar el objetivo, gracias a un gran número de terminaciones nerviosas, los pezones se vuelven un área erógena que lleva al orgasmo, de acuerdo con ciertos estudios, al consentir los senos, se activan zonas del cerebro que igualmente funcionan cuando se estimula la vulva y es que los senos están reflexológicamente conectados con el útero, muchas mujeres se han sorprendido que cuando son estimuladas en los senos llegan al orgasmo y esto es normal porque tenemos una conexión directa, por eso cuando una mujer amamanta su bebé, puede recuperar rápidamente la tonicidad de su útero.

Con un ambiente propicio para disfrutar de la sexualidad en pareja, en total armonía y relajados se inicia acariciando con las yemas de los dedos (también una de las partes del cuerpo con más terminaciones nerviosas) por el cuello, pasando por las clavículas, bajando por el escote y luego yendo por los laterales de los senos, debajo de las axilas y cerca de las costillas, dando suaves y prolongadas caricias por toda esta zona, cuando de estímulos se trata, no debemos escatimar en tiempo.

Luego, pulgares en el centro de su pecho, y con el resto de los dedos y palmas de las manos rodear los senos y comenzar un masaje simulando el movimiento de estar tocando un piano, recorriendo todo el interior de sus pechos delicadamente y luego subir los pulgares por las areolas rodeándolas y masajeándolas con los dedos, hacer una espacie de movimientos radiales del centro hacia afuera, es decir, empezar desde el pezón y expandir las manos hacía afuera para cubrir el total de sus senos.

Estimulación lingual

En este punto, la lengua hace su aparición para activar la parte más sensible: los pezones, se debe dar una estimulación a toda la zona circundante, haciendo el mismo recorrido que se hizo previamente con los dedos, pero ahora con la lengua, todas las terminales nerviosas van a empezar a enviar señales y a despertarse. Utiliza la yema de tus dedos a la par con la lengua, la lengua trabaja en un lado, las yemas en el otro y bordea todo el seno apenas rozando, es momento de succionar de preferencia comenzando con la punta de la lengua y después permitiendo que el seno entré en la boca, lame las areolas y los pezones, dando lengüetazos intermitentes unas veces delicadamente y otras con más intensidad, sin dejar de masajear los pechos.

Lame y succiona ahí y en toda la superficie de ambos senos con suavidad, elevando el ritmo y la magnitud. No uses los dientes a menos que tu compañera te lo pida y te diga hasta qué punto de intensidad puede tolerar el dolor y lo disfruta. Cuando hayas detectado qué movimiento es el que más le excita, intensifica la técnica conforme ella vaya sugiriéndolo con su lenguaje corporal, o sus gemidos o directamente te lo diga, te puedes quedar ahí el tiempo necesario, hasta hacerla llegar al clímax.

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