Los masajes pueden hacer parte del juego previo, el medio tiempo o los juegos posteriores al sexo, pues nos van permitiendo crear una red de sensaciones y sensibilidades en nuestro cuerpo y elevar el deseo mutuo experimentando placer a través de todo lo que somos. Sí vas a ser quien reciba el masaje debes dejarte llevar, relajarte y disfrutar y sí vas a dar el masaje prepárate para gozar del cuerpo de tu pareja.
Antes de empezar hay que tener manos muy limpias, buscar un buen lugar, luz tenue preferiblemente, música relajante, adoptar una postura cómoda y muy importante un buen aceite especial para masajes eróticos.
Experimentar nuevas sensaciones
La nuca está llena de terminales nerviosas y está en el último tramo que comunica la pelvis con nuestro cerebro, todo ese tramo que es nuestra columna vertebral es una vía por donde se va transmitiendo muchísima información ya que existen dos pares de nervios; los occipitales, estos nervios parten de la columna vertebral en la parte alta del cuello, justo debajo del cráneo y son los responsables de la sensibilidad del cuero cabelludo en la parte posterior y superior de la cabeza y detrás de las orejas, así que tenemos una gran zona para estimular, pero no vamos a empezar con las manos, sino con la boca: haciendo leves susurros, la intención es empezar a calentar con las palabras, el efecto estimulante del sonido de la voz en el cerebro es muy potente y por eso debemos estar muy cerca de nuestra pareja, después irán acompañados de besos, incluso lamidas desde el inicio de la espalda por la línea de la columna hasta el cuero cabelludo, te puedes pasar por detrás de las orejas y alternar besos con palabras, ir seduciendo mientras con las yemas de tus dedos vas acariciando su cabello, realiza un ligero masaje en la cabeza, baja por los laterales del cuello, llega hasta los hombros y devuélvete nuevamente por la nuca.
Ahora, da un ligero paso por la espalda y glúteos para relajar, la idea del masaje es aumentar el flujo de la sangre hacia la piel y los músculos, con las yemas de los dedos a ambos lados de la columna vertebral ve hasta la espalda baja y devuélvete, luego con movimientos circulares con los pulgares llega a los hombros y desliza por los brazos. Haz de nuevo el recorrido bajando por la espalda hasta llegar a los glúteos, con las manos masajea y cubre nalgas y alterna con la boca, besos y ligeros mordiscos en el borde de los glúteos.
Los pies, son una de las zonas más agradables para recibir masajes, porque tenemos ahí puntos que nos conectan con diferentes órganos y por lo general también son la parte más olvidada de nuestro cuerpo y la que menos incluimos en medio de un masaje erótico. Empieza a masajear uno de los pies, siempre con ambas manos, acariciando la parte superior desde los dedos hacia el tobillo. Después cambia a acariciar la planta del pie, tus caricias deberán ir aumentando la presión, yendo de menor a mayor intensidad. Realiza movimientos en forma de círculo, colocando los pulgares de tus manos en la planta del pie y los cuatro dedos sobre el empeine, ve desde la cabeza de los metatarsianos en la base de los dedos hacia el talón, haz lo mismo en el otro pie.
Ve hacía los talones y sube por la parte posterior de las piernas a través de las pantorrillas hasta la corva de las rodillas, allí hay una zona reflexológica super interesante con los genitales y va a generar una sensación entre relajamiento y excitación. Las rodillas y las corvas son una parte del cuerpo donde podemos sentir muchísimo y es otra de esas zonas que también tenemos olvidadas, este masaje lo haremos lingualmente porque la lengua humedece y tiene una temperatura muy agradable para el cuerpo, lo haremos desde el talón, hasta la corva y al llegar ahí el movimiento será de manera circular. Llega hasta las rodillas y ahora es un gran momento para abrir sus piernas, esta es una sensación que tanto para hombres como mujeres es excitante; para esta zona lavamos nuestras manos y aplicamos una dosis de lubricante a base de agua, la idea es que tus dedos se puedan deslizar muy fácilmente, trabaja sobre la entrepierna específicamente, sube haciendo presión con los pulgares muy suavemente, en la entrepierna hay un punto de conexión con la sensibilidad del clítoris, es decir, se puede activar desde ahí al igual que con los genitales masculinos, por lo tanto hay que insistir acariciando con los dedos y cuando te acerques al nacimiento de los labios mayores o los testículos haces una ligera presión hacia adentro, esto va a enviar mucha más sangre lo que deriva en una mejor erección tanto del clítoris como el pene, tus dedos pulgares quedan justo en el nacimiento del vestíbulo vaginal o los testículos, gira el resto de tus dedos formando un triángulo con tus manos y estos van a llegar al pubis, haz ligeros toques y presiones y sube por la línea del abdomen, es decir, sigue la línea del ombligo hasta sus pectorales o pechos y ahí te devuelves nuevamente hasta el triángulo inicial y vas a masajear las ingles con los pulgares hacía afuera, este movimiento relaja enormemente la zona.
Potenciar la energía sexual
En el caso de las mujeres vas a masajear sus labios mayores de abajo hacia arriba con dedos pulgares, el tiempo en este caso importa y mucho, así que puedes quedarte ahí yendo y viniendo para luego adentrarte a los labios menores, mismo movimiento de arriba abajo hasta llegar al clítoris y con uno de tus pulgares harás círculos alrededor de él y devuelves por sus labios hasta la entrada de su vagina, masajeas allí para relajar por completo la zona y estará lista para una penetración.
En el caso de los hombres, estamos en triangulo, entonces vas a subir ambas manos a través del tronco del pene sin presión y sin hacer tirones agarra y desliza con una mano y apenas terminas empieza con la otra y en el glande rodeas con el dedo pulgar, en ambos casos puedes terminar el masaje con una buena sesión de sexo oral.
Para los que deseen también se incluirá el ano, no se trata de introducir nada (salvo que lo deseen), es un masaje externo para que descubran que más allá de los testículos y más allá de la entrada vaginal hay muchísima capacidad de sentir placer y no tiene nada que ver con la penetración, con el género, preferencia u orientación erótico afectiva, es una cuestión corporal que como seres humanos allí tenemos la capacidad de sentir. Lubricante y a trabajar con los dedos en la zona alrededor del ano, en el perineo entre los testículos y el ano, o entre la entrada vaginal y el ano, suaves masajes y toques en las nalgas para relajar y hacer sentir confiado a tu pareja para entonces tener estímulos mas puntuales justo en el ano, que harás con el dedo pulgar haciendo ligeros toques en forma circular.